viernes, 7 de agosto de 2009

La arqueología de los primates, nuevo campo de investigación


MADRID, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los investigadores españoles Rafael Mora, de la Universidad Autónoma de Barcelona, e Ignacio de la Torre, del Colegio Universitario de Londres en Reino Unido, forman parte de un grupo internacional de científicos que ha propuesto la creación de un nuevo campo de investigación dedicado a la arqueología de los primates.
Esta disciplina, cuyos fundamentos se publican esta semana en la revista 'Nature', permitiría situar por primera vez la evolución del comportamiento humano dentro de un contexto biológico más amplio.

La propuesta de creación de esta nueva disciplina surgió tras una reunión celebrada en Cambridge en octubre de 2008 que abordaba el origen y el significado de los primeros instrumentos de piedra hallados en los yacimientos arqueológicos.

En ella participaron Rafael Mora e Ignacio de la Torre, junto a otros expertos de las universidades de Cambridge, Rutgers, Miami, Kyoto, Calgary, el Centro Internacional de Investigación Científica francés y el Instituto de Ciencia y Tecnología de la Cognición de Roma.

Según los científicos, el uso de herramientas por parte del grupo de primates que comprende a humanos, chimpancés y bonobos (homininos) ha sido muy investigado tanto por arqueólogos como por primatólogos y considerado un campo fundamental para estudiar la tecnología y el origen del comportamiento humano.

Sin embargo, investigaciones recientes apuntan a la necesidad de incluir en este estudio a otras especies de primates, como gorilas y orangutanes, e incluso a especies anteriores. El objetivo sería así situar la evolución completa del comportamiento humano dentro de un contexto biológico más amplio.
Con la arqueología de los primates, los investigadores proponen aunar metodologías usadas por la arqueología y la primatología para comparar los datos de las investigaciones realizadas hasta la actualidad sobre el uso de herramientas, tanto en primates humanos como no humanos.

Los investigadores esperan resolver cuestiones como cuántos grupos de primates ya extinguidos "inventaron" el uso de herramientas, qué circunstancias permitieron o impidieron estos descubrimientos o cuánto ha influido el uso continuado y repetido de útiles en la anatomía de los primates no humanos.
Con ello además, los investigadores esperan profundizar en el conocimiento sobre el momento de la evolución humana en que comenzó el uso de instrumentos, la especie o especies que los elaboraron y para qué fueron utilizados.

UN CAMPO YA ABIERTO

Las investigaciones realizadas en la segunda mitad del siglo pasado apuntan a la posibilidad de que el último ancestro común de chimpancés y humanos ya fabricara herramientas de piedra. Otros trabajos se han centrado en el uso que orangutanes, capuchinos y macacos hacen actualmente de útiles rudimentarios.
Todo ello está forzando a los expertos a reevaluar las líneas de división tradicionales entre humanos y otras especies de primates así como la creencia de que el uso de herramientas es del dominio exclusivo del genero Homo.
Los restos de objetos de piedra de los yacimientos Olduvayenses, que datan entre 2.6 y 1.6 millones de años, demuestran una planificación profunda y óptimas coordinación espacial y destreza manual en el 'Homo habilis', el género anterior al de los humanos modernos.

Esto hace pensar que existió una producción de herramientas anterior no conocida aún y fabricada por algún hominino más antiguo como el 'Australopithecus africanus, el 'A. Afarensis' y el 'A. Garhi'.

Por otro lado, los investigadores señalan que la aparente equivalencia entre el tamaño del cerebro y las habilidades de manipulación de estos homininos y los de los grandes simios actuales permite teorizar sobre el hecho de que éstos últimos pueden proporcionar un mejor entendimiento sobre los primeros.

Un solo mosquito transmitió la malaria de los chimpancés a los humanos


El equipo de investigadores de la Universidad de California – Irvine dirigidos por el biólogo español Francisco Ayala ha conseguido identificar el origen de la malaria, una de las mayores incógnitas de la medicina hasta la fecha. Los científicos creen que la fuente de esta terrible enfermedad es un parásito transmitido a los seres humanos por los chimpancés en el África ecuatorial. Según los análisis genéticos realizados en el estudio, que publica esta semana la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), el contagio pudo producirse de hace 5.000 a 2 millones de años a través de un único mosquito. Este descubrimiento es de una gran importancia, ya que supone un paso fundamental para el desarrollo de la tan buscada vacuna contra la malaria, un mal que cada año enferma a alrededor de 500 millones de personas en el mundo y que mata a 1,5 millones.
La malaria está causada por un parásito denominado Plasmodium falciparum, el cual es responsable del 85% de todas las infecciones y de casi todas las muertes por la enfermedad. Se sabía que los chimpancés son portadores de otro parásito estrechamente relacionado con el primero, el Plasmodium reichenowi, pero, hasta el momento, la mayoría de los científicos asumía que los dos habían existido de forma separada en humanos y chimpancés durante los últimos cinco millones de años.

Un chimpancé en el Parque Nacional de Mfou, en Camerún / Nathan Wolfe (Global Viral Fore Casting Iniciative)
En Camerún y Costa de MárfilLos investigadores dirigidos por Ayala examinaron varias nuevas cepas del parásito encontradas en muestras de sangre tomadas a chimpancés salvajes de santuarios animales de Camerún y Costa de Márfil durante exámenes rutinarios de salud. El posterior análisis genético relacionó la cepa de un chimpancé con todas las cepas del parásito de la malaria humana a lo largo de todo el mundo. Esta conexión sugiere que un único mosquito podría haber transferido la enfermedad de estos primates a los humanos. Como hay una escasa variedad genética entre las cepas del parásito humano, los científicos creen que la transmisión se produjo en el pasado reciente, en una horquilla de 5.000 a 2 millones de años, aunque el tiempo exacto no ha podido ser determinado.
Según el estudio, los resultados apoyan una hipótesis anterior del doctor Ajit Varki de la Universidad de San Diego, que sugiere que las mutaciones genéticas hicieron a las personas resistentes a la enfermedad de los chimpancés, pero extremadamente sensibles a su forma humana. De igual forma, corrobora la hipótesis anterior de Ayala de que la malaria inició su difusión en todo el trópico y en el mundo hace unos 5.000 años, cuando comenzó la agricultura en África.
«Cuando la malaria se transmite a los seres humanos, se convierte en una enfermedad muy grave a una gran velocidad», explica Ayala. Además, «se ha vuelto resistente a muchos medicamentos», por lo que el biólogo confía en que el nuevo hallazgo «nos acerque al desarrollo de una vacuna». De igual forma, podrá ayudar a conocer cómo se transmiten otras enfermedades infecciosas como el VIH, el Síndrome Respiratorio Agudo, la gripe aviar y la gripe A.

miércoles, 5 de agosto de 2009

IGUAL QUE LOS HUMANOS: Los chimpancés prestan más atención a las caras.

Los chimpancés prestan más atención a las caras que a otros objetos al igual que los humanos, según un estudio del Instituto de Investigación de Primates en la Universidad de Kioto en Japón que se publica en la revista 'Frontiers in Zoology'.

El estudio sugiere que el cerebro de los simios está configurado para responder a las caras de una forma similar a como lo hacen los humanos. Los científicos, dirigidos por Masaki Tomonaga y Tomoko Imura, evaluaron los efectos de una serie de imágenes diferentes en los tiempos de reacción de chimpancés.
Tomonaga señala que "es bien sabido que las caras son procesadas de diferente manera a partir de otros tipos de estímulos visuales complejos. Estudios recientes sobre percepción de caras en humanos aclararon que las caras representan estímulos especiales con respecto a la atención visoespacial también. Es decir, que son capaces de capturar nuestra atención. Hemos mostrado que los chimpancés comparten esta tendencia a apreciar y prestar atención a caras con preferencia a otros objetos".

Los investigadores dieron a los chimpancés la opción de participar en un juego para conseguir comida. Si los animales deseaban participar se podían aproximar a una pantalla de ordenador donde se mostraba una imagen, seguida por un objetivo. Si los chimpancés presionaban el objetivo recibían una recompensa. En un conjunto de experimentos se mostró la imagen en un lateral de la pantalla seguida por un objetivo en el mismo lado o en el lado que había quedado vacío antes. Los tiempos de reacción mejoraban cuando el objetivo aparecía detrás de la imagen.

Después se presentó a los chimpancés dos imágenes juntas, una de ellas de la cara de un chimpancé. Cuando apareció el objetivo tras la cara, los tiempos de reacción fueron mejores que cuando aparecían detrás del otro objeto, lo que muestra que se había atraído la atención hacia el lado de la pantalla con la cara.
Las caras de los chimpancés atraían la atención de forma más eficaz que las bananas y otros objetos como flores, casas o trenes. Este efecto se vio reducido cuando se invirtieron las caras, lo que sugiere que es la configuración específica de una cara bocarriba la que capta la atención de la mirada.

Según concluye Tomonaga, "esta captura atencional también se observó cuando se presentaron caras humanas bocarriba, lo que indica que este efecto no está limitado a su propia especie".



http://www.europapress.es/ciencia-00298/noticia-chimpances-prestan-mas-atencion-caras-20090723154558.html

OLIVER, UN CHIMPANCE CASI HUMANO

Oliver es un chimpancé, del que se habló mucho por los 70, y que aún hoy, sigue siendo un misterio. Fue capturado en el congo (África) y vendido a un entrenador, pero su apariencia era diferente: tenia menos pelo, su cabeza era mas redonda de lo normal, su nariz mas chata, y su boca menos protuberante…. pero mas allá de las apariencias físicas, había un detalle sorprendente…. Oliver SIEMPRE andaba a 2 patas ( los chimpancés solo aguantan unos minutos), además, ni los simios entrenados para ellos, podían hacerlo con las piernas tan juntas, y con los hombros rectos. Oliver, sin duda, era diferente, y así se demostró, por medio de ADN, era un chimpancé común, pero con una anomalía en su ADN, única, e indescifrable.

Aún sigue con vida, olvidado, enfermo..no puede casi andar.

Proyecto Gran Simio le de un gran homenaje y que su historia no sea olvidada