martes, 4 de mayo de 2010

TRÁFICO DE ESPECIES. UNA ASIGNATURA PENDIENTE

TRÁFICO DE ESPECIES

UNA ASIGNATURA PENDIENTE

2010 ha sido declarado por Naciones Unidas como el año internacional de la Biodiversidad. Por ese motivo se realizan cientos de eventos, la mayoría jornadas, conferencias, ferias en las que nos quieren mostrar los esfuerzos que se están realizando para proteger la biodiversidad de nuestro planeta. Sin embargo, no se están poniendo medidas para frenar a las multinacionales en su avance hacia una destrucción desenfrenada que están ocasionando con el consentimiento de todos los gobiernos del mundo.

Además nos topamos de frente con el grave problema del tráfico de especies, que en lugar de remitir, cada vez aumenta. El precio que pagamos por este desmesurado comercio, adquiere cada vez más, una mayor gravedad, al romperse el equilibrio ecológico en el cual vivimos. Numerosos informes científicos, demuestran que estamos rompiendo la balanza que estabiliza nuestro único planta, exponiendo nuestra propia subsistencia. A pesar de ello, el holocausto continúa y con él, va disipándose la esperanza de la razón y la sensatez que deberían primar en el ser humano.


El comercio internacional con especies de fauna y flora silvestres, sus restos y productos derivados, es hoy un gran negocio que mueve millones de dólares al año. Una gran parte de este volumen corresponde a transacciones comerciales legales, reguladas por distintas leyes nacionales y tratados internacionales. Pero una tercera parte de este comercio, responde a actividades ilegales de tráfico de especies en peligro introducidas de contrabando, en los distintos países del mundo.


El 14 de septiembre de 1990, hace veinte años, en un intercambio cultural entre España e Hispanoamérica para celebrar el V Centenario del Descubrimiento, zarpó del puerto de Huelva, el buque “Guanahani”, de la expedición “Aventura 92" con 430 estudiantes y 30 miembros de la tripulación. Tras su travesía por la península del Yucatán, Costa Rica, Panamá, Cartagena de Indias y Puerto Rico; el 22 de octubre entraba en el puerto de Cádiz, finalizando felizmente el viaje que duró 40 días y cuyo Jefe de Expedición era Miguel de la Cuadra Salcedo. Posterior al recibimiento y protocolo organizado a su llegada, nadie esperaba lo que tres horas después fue confirmado. La bodega del barco fue inspeccionada por la Guardia Civil, encontrando más de sesenta loros y guacamayos, dos primates, cinco caimanes disecados y dos tucanes. Los responsables el Capitán del barco y varios marineros, fueron denunciados. Se decomisaron un total de 81 animales protegidos y en peligro de extinción. Todos ellos se encontraban en deplorable estado y según algunos testigos, muchos más murieron en el viaje de regreso a España.


Hoy día, los casos se siguen sucediendo. Estados Unidos, Japón, Europa y los países del Este, son los principales consumidores de naturaleza silvestre del mundo, destino principal de un comercio que tiene en los países en vías de desarrollo (Sudamérica, África y Asia), sus principales proveedores, debido principalmente a la destrucción del hábitat, la deforestación continuada y los monocultivos que asolan regiones enteras donde antes florecía en todo su esplendor las selvas tropicales.


Cada año, más de 5.000 especies desaparecen de la faz de la Tierra. Esta alarmante pérdida de diversidad biológica, compromete seriamente el futuro de un desarrollo sostenible.

Especies cómo el tigre de bengala, el elefante asiático y africano, el rinoceronte blanco y negro, el panda gigante, el loro negro asiático, los grandes simios, la tortuga marina, el tucán, árboles de madera preciosa como la caoba, palo santo, los guacamayos, ranas, orquídeas, cactus....etc, se encuentran al borde de su extinción, estando incluidas en una lista roja que cada día aumenta vertiginosamente. Recientemente Naciones Unidas ha dado un comunicado en el que en quince años, el gorila habrá desaparecido. Impresionante afirmación que sin embargo, no hace dispararse la alarma, fundiéndose entre los cientos de teletipos que escupen las agencias internacionales y que se pierden en verdaderos amasijos de papel que van directamente a las papeleras. Hay que recordar que el 2009 fue considerado el año del gorila. Hoy se anuncia su desaparición. ¿Ocurrirá lo mismo con la biodiversidad?.


DI: ¡NO!. TU DECIDES


El destino de la humanidad, parece estar atado a seguir viviendo en la Tierra y de la Tierra cogemos los recursos que ésta nos ofrece. Pero son limitados, no podemos dilapidarlos alegremente. Debemos cuidar “nuestro huerto”, y sobre todo, aprender a no usarlo por encima de su capacidad de regeneración.


No olvidemos, que de nosotros depende que este tráfico ilegal o legal (mascotas exóticas con destino al comercio) termine. La solución, es bien sencilla. Si no hay cliente no existe vendedor. Sin el vendedor, desaparece el mayorista y con él, el tráfico se hunde y se disipa. Una fórmula que requiere una suficiente concienciación por parte de los ciudadanos, a la hora de poseer mascotas y animales exóticos.


Disfrutar de un loro parlanchín o un guacamayo, significa que otros muchos han muerto en el camino. No merece la pena tanto sacrificio por sólo un capricho.


Decir NO a la compra de un ejemplar exótico (reptil, peces tropicales, loros, etc.), es decir NO al TRAFICO ILEGAL DE ESPECIES Y DE MASCOTAS TROPICALES..


La falta de sensibilidad e información sobre este tema, es la causante de muchos problemas. Así, una gran parte del volumen de animales que se captura anualmente, se utiliza para satisfacer la demanda de animales de compañía cada vez más exóticos, de objetos decorativos (trofeos, pieles,..). Pero debemos pensar que esos animales exóticos, aunque sean legales en su comercio, proceden de un determinado lugar que posiblemente ha sido destruido, donde muchos otros han muerto, donde ha desaparecido la biodiversidad o parte de ella de esa zona, donde en el camino rumbo a las tiendas de comercio, han perdido la vida numerosos de ellos debido sobre todo a las malas condiciones en el transporte.


Los cinco millones de pájaros vivos que circulan anualmente por el mercado mundial; el millón y medio de reptiles importados sólo en EE.UU.., y destinados al mercado de “mascotas”; o los más de 25 millones de mariposas que exporta anualmente Taiwán para los coleccionistas; demuestran la magnitud del desbordamiento de una actividad fruto de la idea de “que cualquier animal puede convertirse en un animal de compañía, y cuanto más exótico mejor” o de “que un elemento decorativo natural” en nuestros hogares, es signo de buen gusto y de aprecio por lo natural.


Ante esta perspectiva, tanto a nivel personal, como social, debemos:

* Tomar conciencia, cuando compremos un animal exótico o algún producto derivado, de si su captura ha afectado negativamente a las poblaciones silvestres o al propio individuo. Si es peligroso o puede influir negativamente en los ecosistemas autóctonos, en caso de que se nos escape. Si es justificable privar de libertad a un ser vivo, con el único propósito de poseerlo, recluyéndolo en espacios que no tienen nada que ver con los de sus hábitats natural.

* Informarnos sobre como vive la fauna y flora en la naturaleza, desterrando ideas equivocadas y caprichos que resultan nefastos.

* Evitar el consumo de animales, plantas y sus derivados que perjudique claramente a individuos y poblaciones silvestres.

* Potenciar la tenencia de los animales de compañía tradicionales, frente al exotismo de las nuevas “mascotas”.


La conservación de la biodiversidad, está íntimamente atada al comercio de animales y plantas. Tanto es así, que se la considera el segundo factor de importancia en la desaparición de especies, después de la destrucción de sus hábitats. Como dice el naturalista británico Gerald Durrell:

La clave para prevenir la terrible violación de seres en su estado natural que supone el tráfico ilegal de animales, es la educación. Es necesario enseñar a la gente, que todos los elementos de la naturaleza, son un recurso renovable, si se utilizan con cuidado y no se malgastan. Si se le enseña que su herencia natural es algo que debe enorgullecerle, y que debe protegerla y no malgastarla para obtener ganancias egoístas a corto plazo, el resultado será, probablemente, una utilización más prudente de la naturaleza, en beneficio de todos”.


El mantenimiento de la diversidad biológica se consigue, entre otras maneras, mediante la protección de sus hábitats naturales, manteniendo áreas de interés especial con programas específicos de conservación.

Hoy en día, el comercio de especies aporta pocos beneficios económicos reales a los países en proceso de desarrollo (mayores exportadores).La falta de estrategias de explotación que aseguren una producción sostenible, ha hecho de este comercio una actividad básicamente predadora, en la que los grandes beneficiarios son los intermediarios y los comerciantes de los países ricos.


Decir ¡NO! a la compra de animales exóticos, es decir ¡NO! al Tráfico Ilegal de Especies y a la pérdida de la riqueza genética del planeta en el cual habitamos. La naturaleza no debe de estar en venta.


CONVENIO DE WASHINGTON (CITES)


El CITES o popularmente conocido como el Convenio de Washington, es la abreviatura utilizada para denominar al Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres. Este Convenio fue firmado en la citada ciudad estadounidense, el 3 de marzo de 1973. Es uno de los “logros del Derecho Internacional” en cuanto a la conservación de la naturaleza se refiere, aunque las múltiples deficiencias que afectan a su aplicación, merman su eficacia de forma decisiva.


En enero de 1986, España ratifica el tratado, al incorporarse a la Comunidad Europea, siendo obligada su aplicación en nuestro territorio.


Para alcanzar este objetivo, se establecieron tres niveles de protección:


Anexo I: Incluyen las especies consideradas en peligro de extinción. Su comercio sólo se permite cuando se trata de actividades cuyos fines no son “primordialmente comerciales”. La vaguedad de esta expresión, ha provocado problemas de aplicación del Convenio.

Anexo II: Componen especies que pueden verse amenazadas como consecuencia de su comercio incontrolado.


Anexo III: Especies Amenazadas en un determinado país. El mecanismo de inclusión de una especie en este apartado comienza con una petición de apoyo del propio país al CITES, con el fin de controlar el comercio de la especie en cuestión. De esta forma, la especie es incluida en el Convenio, pero sólo en cuanto a los ejemplares procedentes del país interesado.


El primer síntoma de fragilidad del CITES, es su voluntariedad. La posibilidad de abandonar el Comercio está abierta para los Estados miembros en cualquier momento, lo que debilita la fuerza de las decisiones que se tomen. En caso de que la inclusión de una determinada especie perjudique los intereses económicos de un país, existe un alto riesgo de que éste, se retire del Convenio impidiendo su adecuada aplicación.


Para ser incluida una determinada especie en el Anexo I del CITES, tienen que darse una serie de circunstancias como son: La población adulta sea menos de 5.000 individuos, haya desaparecido en un 50% en los últimos cinco años o en dos generaciones consecutivas y cuyo dominio geográfico se extienda por una superficie de 10.000 kilómetros cuadrados.


Según muchos expertos y naturalistas, esta directriz no debería tenerse en cuenta, ya que se olvida de otros factores que ponen en peligro a muchos animales que necesitan protección.

Mientras que el CITES considere a los animales “objetos” económicos regulados por la Ley de contrabando y no “sujetos”, seres vivos cuyo valor es incalculable en la protección de la biodiversidad y que las infracciones sean perseguidas por otra clase de leyes como la penal o Ley de biodiversidad, el tramado montado entorno a este convenio sólo esta dirigido para recaudar y no para conservar. Un grave error de planteamiento.


Problemas en la aplicación del CITES en España


Existe una falta en el desarrollo de normas legales aplicadas a nuestro país, para poner en práctica el CITES. Desde 1986, no se han elaborado normas que faciliten la incautación de especímenes, sanción de los infractores del Convenio, etc., por lo que se están teniendo serias dificultades para aplicar real y eficazmente el CITES.


Por otro lado, la ausencia de Centros de Rescate donde depositar los animales intervenidos, son problemas graves que están imposibilitando la atención adecuada de especies muy valiosas que requieren los cuidados de expertos cualificados, fomentando tal vez, la tenencia ilegal, ya que muchas especies intervenidas tienen que quedar en poder del infractor por no existir centros adecuados y transportes necesarios del ESTADO para el cuidado de los animales. Las Autoridades CITES lo que hacen es concertar con centros privados o zoológicos, donde llevar a las especies incautadas si tiene cabida, es decir, si pueden entrar en un grupo determinado o tienen espacio. También estos centros, se reservan la entrada de animales que sean conflictivos a la hora de socializarse con un grupo ya establecido. Además de ello, algunos zoológicos que son receptores de animales, sin embargo, incumplen con la Ley de zoológicos por cometer numerosas infracciones. Más del 70% de los zoológicos en España, deberían cerrase de forma inmediata por la cantidad de irregularidades, malas condiciones de los animales y un sin fin de anomalías, que hacen sea responsable entregar en custodia animales protegidos por el Estado.


Otro de los problemas que convendría solventar lo antes posible, es la disponibilidad de un mayor número de técnicos, especialistas en los diferentes aspectos del Convenio de Washington, para garantizar la aplicación del mismo. Actualmente, no existe suficiente cobertura en el control de todas las operaciones de movimiento ilegal de especies, o la identificación de los distintos especímenes incluidos en el CITES, que pasan por multitud de aduanas españolas.


Otra problemática grave es la conveniencia de los países que pertenecen al Convenio CITES, de votar y apoyar intereses nacionales y económicos, sin mirar para nada la especie que se debe de proteger. Ahí tenemos en la última convención realizada en Katar, en la que Japón seguirá matando ballenas aún en contra de la Comisión Ballenera, la negativa de que el Atún Rojo pase a ser protegido o la negación a proteger los tiburones que desaparecerán si seguimos permitiendo las matanzas existentes. Las matanzas de delfines realizadas por Japón y Dinamarca es otro ejemplo más. Todo basado en intereses económicos. Les importa un bledo la protección de especies o la biodiversidad del planeta.


Más Inconvenientes en la aplicación del CITES


* Al no existir normalmente un centro de animales especializado ni medios para el transporte, los animales intervenidos, quedan en manos del propio infractor, erigiéndose depositario de la mercancía, pudiendo manipular e incluso venderla.

* El documento CITES que acompaña la entrada legal de una determinada especie, no especifica la mercancía concreta, con lo que con un mismo CITES puede amparar “x” animales que hayan entrado ilegalmente.

* Al existir en la CEE libre mercado, se presenta un problema difícil de solventar, en el control y registro de especies que hayan entrado por las fronteras de los distintos países miembros. Por ejemplo: Un animal de venta en España, puede estar amparado al ser válido, por un CITES de origen Alemán. Al comprobar la partida, nos encontramos con que no existe una base de datos que centralice todos los CITES que han entrado en la CEE. Resultado: El servicio realizado, aún pudiendo ser una aprehensión de importancia, queda anulado o sin efecto.

* Con relación a las piezas de marfil (colmillo de elefante, cuerno de rinoceronte, etc.), entran por la frontera con un número de clasificación, pero al ser tallados, ese número se pierde y se hace imposible saber si verdaderamente la pieza ya tallada le corresponde al número indicado en el CITES que se presente cuando se realiza una inspección.

* El CITES es totalmente inútil para especies que no estén en peligro de extinción, ya que regula su comercio pero no se tiene en cuenta los problemas que afectan a las especies no amenazadas en cuanto a su transporte, destrucción de sus hábitats, introducción en España y posibles consecuencias en caso de que entren en nuestros ecosistemas como especie invasora.

* Especies como el Delfín que se encuentra en el CITES II, se permite su comercialización mediante control. Sin embargo a la hora de la captura (principalmente con destino a delfinarios), no se hace estudio científico de la población de donde se extrae como está ordenado por el Convenio. Esto mismo ocurre con muchos animales del mencionado apéndice.


Falsificación de documentos


Esta actividad se ha desarrollado enormemente en los últimos años, a causa del aumento de controles.


La lista de los casos enumerados por la Secretaría del CITES y según la Interpol, es bastante larga:


* Documentos auténticos obtenidos fraudulentamente. Son los permisos o certificados facilitados por corrupción, mediante documentos falsos y declaraciones falsas.

* Documentos auténticos falsificados por modificación de los nombres de las especies, de la procedencia, del número de ejemplares, etc.

* Documentos falsos. Pueden concederse por formularios auténticos o por imitaciones. Las firmas o los sellos pueden ser imitados.


Existen fraudes sobre el origen y la procedencia de la especie, reexportación de mercancías distintas a las importadas, utilización abusiva de la reexportación, etc. Tal vez muchos de estos problemas pudieran desaparecer, si los animales con CITES, llevaran un chip cada uno, con todos los datos necesarios (especie, procedencia, nº de cites, edad, enfermedades, etc.) Sería una solución y una fórmula más eficaz de control.


Debemos esforzarnos, tanto los ciudadanos como las Administraciones, para que el Comercio Ilegal de Especies sea erradicado de nuestra sociedad.. De nosotros depende. Tenemos los medios adecuados para ello. No compremos animales exóticos ni partes o derivados de animales catalogados en peligro de extinción. Denunciemos cualquier agresión a cualquier establecimiento sospechoso de traficar con especies. Seamos respetuosos con la vida. Destruir a la larga nos destruye a nosotros mismos. Es más hermoso observar en un documental a un loro en su propio hábitat, que tenerlo entre rejas en un espacio reducido en nuestra casa. Amemos la vida y la vida nos amará.


EL SERVICIO DE PROTECCIÓN DE LA NATURALEZA DE LA GUARDIA CIVIL (SEPRONA)


A pesar de todas las dificultades e inconvenientes señalados, el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (SEPRONA), está realizando excelentes servicios encaminados a erradicar el tráfico de especies en España. Su trabajo se ha hecho indispensable en la defensa del medio ambiente y en hacer cumplir las leyes vigentes en la materia.


Hay que destacar dos servicios realizados en los últimos meses. El primero de ellos “Operación Lobezno”, desarrollada entre diciembre del 2009 y enero del presente año, interviniéndose un lobo ibérico, un guepardo y un cachorro puma entre otros animales que iban a ser vendidos. En esta red de traficantes que operaba en diez provincias españolas, han sido detenidas siete personas.


“Operación Silvestre”, es el segundo servicio destacado realizado por el SEPRONA, en la que igualmente han sido detenidas siete personas en siete provincias españolas y se han intervenido 2.619 ejemplares de multitud de especies de aves, mamíferos, peces, reptiles, disecados o preparados para ello. La mayoría entraban por la Aduana en maletas con destino a taxidermistas y posterior venta.


Desde aquí, doy la enhorabuena a todos los agentes implicados en estas Operaciones por su gran labor a la sociedad y la Naturaleza, siendo extensible a todos los componentes del SEPRONA, que desarrollan una importante labor en defensa de la Tierra.


EL TRÁFICO DE ESPECIES VIA @INTERNET@


El servicio de Internet es un gran avance tecnológico al servicio de todos los ciudadanos y cuenta con una capacidad no soñada antes: comunicarnos con personas a través del mundo y recibir sus mensajes al momento, además de la obtención de cualquier tipo de información. Este útil servicio sin el cual me atrevería a decir no podríamos prescindir, también se convierte en una herramienta negativa cuando es usada de modo ilegal. Todos hemos escuchado las redes de menores existentes dentro de la red, así cómo de otros delitos, cuya vía principal es Internet. El tráfico ilegal de especies no iba a ser menos y sus garras han entrado de forma masiva en los miles de foros y páginas webs que el ciudadano consulta a diario.

En los servios de policía telemática y del SEPRONA, las denuncias por la existencia de anuncios de compra y venta de especies protegidas, ha aumentado de forma considerable, con la particularidad que muy poco se puede hacer al respecto, excepto intentar avisar a los gestores de los servidores para que rastreen las páginas y mensajes que de formas abierta, pública y descaradamente anuncian ventas y compras como si de un mercado exótico se tratara y las eliminen.


En España aún no se han establecido patrones de actuación para esta clase de delito que se encuentra penado en el código penal, ya que es difícil contactar con las personas que ofertan especies en peligro, incluidas en el CITES por dos motivos principales: primero porque si la cita la realiza un agente de la Autoridad puede ser considerado como inducción al delito por lo que la actuación quedaría nula ante un juez y si es un particular que estuviera en contacto con las autoridades, tampoco podría ya que la compra y venta, seria ilegal por lo que el particular estaría incurriendo también en delito. ¿Cómo actuar entonces contra este Tráfico que se ha desviado a las redes informáticas?.


Este problema no sólo es en España, sino en todo el mundo. Los traficantes, desde cualquier parte de la tierra, pueden establecer contacto con sus compradores, facilitando de esta forma tanto la seguridad en la venta, como la rapidez de contacto estableciendo ellos mismos un código de seguridad (contactos, transporte, envíos, etc..) que es difícil de combatir con los medios actuales.


Una ONG de EE.UU. (IFAW) ha confeccionado un informe que muestra como en una sola semana se encontraron en internet anuncios de 146 primates vivos, 526 tortugas vivas o sus caparazones, 5.527 de derivados de elefantes....Localizaron una jirafa por 15.000 €, un gorila por 6.000 € o bebes de chimpancés por 60.000 €. En España, Proyecto Gran Simio ha hecho la prueba y el resultado es escalofriante. Podemos encontrar infinidad de animales a la venta de especies en peligro (leones, tigres, toda clase de reptiles, y muchos primates......).


Las intervenciones CITES en nuestro país ha disminuido por parte de las Autoridades encargadas de su persecución, pero eso no quiere decir que exista menos tráfico de especies, pues las ventas en Internet ha aumentado de forma alarmante. La situación es clara. El tráfico ilegal se ha volcado a la red y desde ahí, escapa por el momento al control policial.


Se hace necesaria y de forma urgente, una Ley sobre el uso y disfrute de Internet, donde estas prácticas ilegales se pudieran combatir con contundencia y de forma rápida, facilitando la labor de la policía informática, dando competencias para poder actuar con precisión y claridad, establecer contactos con los infractores sin impedimentos judiciales y que las actuaciones estuvieran respaldadas por las Fiscalias de Medio Ambiente, que por otro lado, se deberían establecer en todo el territorio nacional, con jueces especializados en materia de naturaleza. Si no lo hacemos así, el tráfico continuará de forma impune ante la vista de todo el mundo. La biodiversidad seguirá desapareciendo, aunque como dije al principio, el tráfico de especies, tanto de fauna como de flora, va por detrás de la destrucción de la propia biodiversidad. Tras las deforestaciones, surgen el tráfico de especies. Si no se elimina la destrucción de las selvas tropicales y la biodiversidad, no se eliminará el tráfico. Debemos poner medidas globales para erradicar la desaparición de especies.


Internet es un monstruo grande que abarca numerosas posibilidades en la sociedad actual y futura y es por ello que se necesita de unos ratones policiales que a golpe de clic, puedan perseguir los delitos y erradicar de forma contundente, el tráfico de especies que en lugar de disminuir, aumenta de forma colosal por esta misma via@.


PEDRO POZAS TERRADOS

Director Ejecutivo

Proyecto Gran Simio (PGS/GAP – España)

www.proyectogransimio.org

Teléfono: 678 808 832

nautilusmar@yahoo.es

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