Es una niña, tiene 3,3 millones de años y rasgos simiescos.
Firma: Redacción digital Efe)
El paleoantropólogo etíope Zeresenay Alemseged cree que el fósil que descubrió de una Australopithecus afarensis, de unos 3,3 millones de años de antigüedad, el más completo hallado, permite constatar un momento de la evolución en el que la especie «es humana, aunque tiene rasgos simiescos».
Un equipo de paleoantropólogos, dirigido por Alemseged, recuperó en el 2000 en Etiopía el cráneo, la dentadura casi completa y el torso y partes importantes de las extremidades superiores e inferiores de la pequeña, bautizada como «Selam», que significa «paz» en la lengua oficial etíope. El hallazgo fue publicado en la revista «Nature» el pasado mes de septiembre.
En una entrevista con a Efe, Alemseged, que trabaja en el departamento de Antropología Evolutiva del Instituto Max Planch de Leipzig, ha señalado que «cuando miramos a Selam vemos que hay una mezcla de rasgos que la hacen humana y también simiesca».
La parte inferior del esqueleto, sus extremidades, dicen que «Salem era bípeda, una característica humana», y «en el cerebro vemos una pista de que se encuentra en la edad infantil, y ése es el inicio de la humanidad. Sus dientes son muy humanos, la frente recta, también».
En contraste con estos caracteres humanos, la niña presenta unos omoplatos -se trata de la primera vez que se recuperan estos dos huesos completos en un Australopithecus- muy similares a los de gorila moderno y sus dedos son largos y curvados, como los de los chimpancés, lo que le permitía trepar por los árboles.
Otro de los elementos hallados en Selam es el hioides, «hueso de la base de la lengua que se cree fundamental en la facultad del habla, pero su morfología es bastante similar al hioides del chimpancé, por lo que Selam debía emitir unos sonidos parecidos a los chimpancés».
Alemseged destaca que «haber encontrado un 60% del esqueleto, y además de un individuo infantil, abre nuevas ventanas en la paleoantropología, pues permite comprender el pasado, ver cómo hemos cambiado en el tiempo y seguir el cambio de bebé a adulto».
Selam, advierte el antropólogo etíope, «nos permite, por primera vez, buscar indicios de la anatomía, la locomoción, el crecimiento de los dientes y del cerebro, de los niños de una de las especies más antiguas de nuestro árbol familiar».
Sobre su muerte, los científicos no han podido deducir la causa, aunque Alemseged señala que «murió cuando tenía tres años, cuando era lactante, y vivió en la región de Dikika, al lado del río Awash, en el valle del Rif etíope», el mismo en el que se encontraron los famosos fósiles de Lucy. Hablar del río como causa de la muerte es, en opinión del antropólogo, «sólo una hipótesis». «Lucy, que tiene un esqueleto más incompleto, vivió en esta zona del África oriental 150.000 años después», indica Alemseged.
El equipo de Alemseged, que cada año vuelve a la zona para excavar en un yacimiento de más de 500 kilómetros cuadrados de extensión, no ha podido todavía hacer un análisis de la alimentación de la niña pues «aún no hemos podido separar la dentadura».
Alemseged se plantea como prioridad «la separación del pos-cráneo, es decir la clavícula, los omoplatos, pues en general la comunidad científica sabe mucho más de la dentadura de los homínidos».
A su juicio, Selam puede aportar «información valiosa de este estadio de la evolución humana sobre las vértebras, la clavícula o las costillas».
No hay comentarios:
Publicar un comentario