jueves, 31 de mayo de 2007
Leakey advierte del peligro de la extinción de los homínidos no humanos.
Uno de los más destacados conservacionistas del mundo, Richard Leaky, ha advertido del peligro de extinción de los grandes monos, los primates más próximos al hombre.
Según Leakey, paleontólogo y actual presidente de la organización "Wildlife Direct", los simios de todo el mundo se exponen a los efectos combinados de la caza, las enfermedades y la deforestación.
El recurso creciente a los biocombustibles constituye un peligro añadido ya que ha aumentado la presión para la tala de los bosques tropicales, que son el hábitat de esos animales, explica Leaky, citado hoy por el diario británico "The Guardian".
Los expertos advierten de que el consumo cada vez mayor de combustibles alternativos puede significar la desaparición, al cabo de una generación, de los 50.000 animales que aún sobreviven.
Leakey, que estuvo muchos años al frente del servicio de la vida salvaje de Kenia, país donde nació en 1944, reiterará hoy su advertencia en una conferencia que publicará en la Royal Geographical Society, de Londres.
Según el zoólogo y paleontólogo, la actividad humana es directamente responsable de la muerte de millones de gorilas, chimpancés y otros simios en todo el mundo.
Aproximadamente un 80 por ciento del hábitat de los orangutanes del sureste de Asia ha sido arrasado en los últimos veinte años por la demanda creciente de terreno en el que producir aceite de palma destinado a los mercados tropicales.
Leakey ha hecho un llamamiento a los políticos que preparan un nuevo tratado internacional que regule las emisiones de CO2 que se centren más en los incentivos para conservar los bosques tropicales del sureste asiático, de Africa y de América Central y del Sur.
Según el experto, la lucha contra la deforestación serviría al mismo tiempo para limitar el efecto invernadero y evitar la extinción de los primates.
Leakey, que patrocina un programa de la ONU para la supervivencia
de los grandes monos, reclama soluciones más imaginativas, como los créditos a la conservación de la biodiversidad y los hábitats de la vida salvaje que un país podría vender a otros para "compensar" sus propias emisiones de CO2.
"Parece que nos cuesta mucho más conservar la belleza natural que gastarnos 80 millones de libras en un Picasso y una fortuna en perseguirlo", critica el naturalista.
Leakey insiste en que los países en desarrollo deben asumir su parte alícuota de responsabilidad en el calentamiento global, sobre todo en lo que respecta a la deforestación.
"No creo que Kenia pueda escudarse en el hecho de que somos un país joven y que, como antes nos explotaron, tienen que concedernos ahora un respiro. Hay que mirar el efecto que todos tenemos en el planeta", explica.
Leakey critica el llamado "ecoturismo", palabra de la que dice que encierra una contradicción porque no hay turismo ecológico sino que se trata de "una carrera desesperada por hacer dinero mientras se pueda".
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