viernes, 17 de octubre de 2008

EL CEREBRO "DIESTRO" DE LOS GORILAS Y LOS HUMANOS

Revelan que ambas especies de primates utilizan el mismo hemisferio del cerebro para enviar señales y comunicarse

(Foto: Gustavo Catalán)

Un grupo de investigadores de la Universidad de Sussex, en Reino Unido, acaba de descubrir que la comunicación entre los gorilas está relacionada con el hemisferio izquierdo de su cerebro, igual que ocurre en los seres humanos.
La responsable de este trabajo ha sido la psicóloga británica Gillian Sebestyen Forrester, que desarrolló un nuevo sistema para analizar el comportamiento de los gorilas que viven en cautividad.

Gracias a este método pudo comprobar que en estos grandes primates son diestros y que el hemisferio izquierdo de su cerebro no sólo es el que controla la parte derecha del cuerpo, sino también las partes implicadas en el desarrollo de su sistema de comunicación, como son la cabeza y la boca.

Es lo mismo que ocurre con los humanos: el hemisferio derecho del cerebro controla el lado izquierdo del cuerpo, y viceversa. A los cinco o seis años uno de ellos se convierte en dominante. Si es el izquierdo, será el hemisferio del lenguaje; si es el derecho, será el de las emociones.

Algunas hipótesis apuntan que los diestros sufren menos enfermedades y tienen menos accidentes, lo que les habría favorecido a lo largo de la evolución y hace que hoy sean mayoría. También se ha descubierto recientemente que en ser o no zurdo interviene la activación de un gen.

En el caso de esta investigación, publicada en la revista 'Animal Behaviour', Forrester se muestra convencida de que sus resultados con los gorilas podrían proporcionar pistas importantes sobre la evolución de la lengua en los seres humanos. "Compartimos 23 millones de años de evolución con los grandes simios, y hace unos seis millones que nos separamos de los chimpancés. Los gorilas hemos comprobado que tiene formas de comunicación no verbal muy sofisticadas, que creo que fue una de las capacidades de lenguaje que tuvimos alguna vez", ha declarado a 'ScienceDaily'.

Otros trabajos anteriores ya habían mostrado que los chimpancés prefieren también utilizar la mano derecha para realizar tareas manuales, pero hasta ahora nadie había relacionado la comunicación en los primates con su capacidad de utilizar la parte derecha de su cuerpo con más frecuencia.

Códigos de señales

Para ello, la psicóloga realizó un exhaustivo análisis de las señales visuales que se enviaban los gorilas y logró codificarlas. "Por ejemplo, en lugar de etiquetar subjetivamente un comportamiento como agresivo, lo que he hecho es desmenuzar las diferentes fases de su mirada, la expresión facial y su acción física. Y he buscado patrones repetidos dentro de su contexto social", explica.
El 'laboratorio' de su experimento fue el Parque de Animales Salvajes de Kent, donde hay una gran familia de gorilas que vive en un recinto que recrea el hábitat salvaje de las selvas del centro de África.

Forrester puso especial atención en el comportamiento de una hembra adulta, de 13 años de edad, llamada 'Foufou', en su hijo y en la red social en torno a ellos. "Los simios, como los humanos, utilizan una extensa gama de signos de lenguaje no verbal en su interacción, como son las expresiones faciales, las miradas o los gestos con las manos. Por ello, analizando sus acciones físicas sincrónicas podemos descubrir sus señales de comunicación y probar que, en el fondo, hablan unos con otros", argumenta.

El método multidimensional que ha utilizado también puede ser útil para estudiar otros grupos de individuos que no tienen capacidad verbal. De hecho, en estos momentos la psicóloga trabaja con un grupo de niños de entre dos y cuatro años que tienen dificultades para hablar. "Los datos que proporciona este sistema pueden ayudarnos a entender señales que fueron importantes en la evolución de la lengua y también para mejorar la diagnosis de enfermedades como el autismo", aventura.

martes, 14 de octubre de 2008

LA POBLACIÓN DE CHIMPANCÉS EN COSTA DE MARFIL SE REDUCE EN UN 90% EN EL PARQUE NACIONAL MARAHOUÉ.

POBLACIÓN DE REFERENCIA SE REDUCE UN 90%
Los últimos chimpancés
Un nuevo censo indica una reducción drástica en el último refugio de chimpancés

ELMUNDO.ES

MADRID.- Geneviève Campbell estaba sorprendida. Había tenido que buscar "largo y duro" hasta encontrar árboles salvajes en el Parque Nacional Marahoué, en Costa de Marfil. No había ni rastro de los chimpancés a los que había venido a ver y tuvo que seguir caminando para por fin hallar un único "nido". Durante el censo anterior, realizado 18 años atrás, había encontrado 234 nidos en árboles que se erguían por las mismas zonas. La población se había reducido en un 90%.
"Fue triste encontrar sólo un nido", dice esta investigadora del Instituto Max Planck para la Antropología Evolutiva. "Pero ese nido estaba en una zona que, precisamente, acababa de ser reconvertida en suelo agrícola".


Los chimpancés de Costa de Marfil han supuesto en las últimas décadas la mayor población de esta subespecie de África Occidental. Ahora, los últimos refugios de han desaparecido o están en peligro.
La situación de ejemplares en otras partes del continente africano es tan grave que la población de Costa de Marfil continuó siendo la más importante aun después de quedar diezmada en dos décadas.

Entre 1960 y 1980, los humanos aumentaron un 50%. Los 100.000 individuos de chimpancés que se contabilizaron en los años 60 quedaron reducidos a 8.000, como mucho a 12.000, en 1980. Pese a este drástico desplome poblacional, Costa de Marfil continuaba acogiendo a la mitad de la subespecie de chimpancés de África Occidental.

Estos primates deberían pasar a ser considerados 'gravemente amenazados', dice Campbell en un comunicado emitido por Cell Press, editora de la revista científica 'Current Biology', donde se publica mañana el estudio.
La población del reducto más importante de chimpancés de África Occidental se ha reducido un 90%

Los individuos supervivientes están muy fragmentados y sólo hay actualmente una población viable: la que se encuentra en el Parque Nacional de Tai. Pese a ello, ésta está amenazada por la caza furtiva, según Christophe Boesch, del citado Instituto alemán, y tiene los días contados: la financiación para la conservación del parque vence en 2010.

"Casi todo lo que amenaza a los chimpancés deriva de la actividad humana, como la caza y la deforestación. Esto ha contribuido a la caída drástica de las poblaciones de chimpancés. Y la situación ha empeorado mucho más con el inicio de la guerra civil en 2002", añade Boesch.

Según el estudio, realizado a nivel nacional, el declive de chimpancés es especialmente importante en zonas forestales sin protección legal, donde los investigadores no avistaron ni rastro de ellos. Pero incluso en los Parques Nacionales como el de Marahoué, la guerra civil ha suspendido los sistemas de vigilancia -que se basan en financiación externa-.

Para Boesch, la clave está en la financiación. "Las poblaciones de chimpancés salvajes que viven en áreas protegidas y con una política continuada de conservación pueden sobrevivir incluso en contextos de rápido crecimiento demográfico humano y conflictos armados", opina el científico.

"Tenemos que hacer un llamamiento a la comunidad internacional para que invierta en actividades de conservación en parques nacionales como éstos", añade.


http://www.elmundo.es/elmundo/2008/10/13/ciencia/1223894366.html

DESCUBREN COMPORTAMIENTOS DE CAZA EN LOS BONOBOS

MADRID, 13 Oct. (Redacción / EP) -

Una investigación del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania) muestra por primera vez pruebas de que los bonobos cazan y consumen las crías jóvenes de otras especies de primates. que se publica en la revista 'Current Biology'. El descubrimiento desafía la teoría de que la dominancia y agresividad masculinas deben tener un vínculo causal con la conducta de caza, una idea que mantienen los primeros modelos de la evolución de la agresividad en humanos y en los primates no humanos.

En las comunidades de primates bonobos las hembras se encuentran en la cúspide de la pirámide social y se pensaba que los machos comían sólo carne de antílopes, ardillas y roedores. Según explica Gottfried Hohmann, director principal del estudio, "estos descubrimientos son particularmente relevantes para el debate sobre la dominancia, vinculación, agresión y caza de los machos, un dominio que se creía distinto entre chimpancés y bonobos".

Hohmann señala que en el caso de los chimpancés, la dominancia masculina se asocia con la violencia física, la caza y el consumo de carne. "Por inferencia, la carencia de dominancia masculina y violencia física a menudo se utiliza para explicar la relativa ausencia de caza y consumo de carne en los bonobos. Nuestras observaciones sugieren que, en contraste con hipótesis previas, estas conductas podrían persistir en sociedades con relaciones sociales diferentes".

Los bonobos viven sólo en los bosques de las tierras bajas al sur del río Congo y, junto con los chimpancés, son en el ámbito evolutivo los primates más cercanos a los humanos. Los bonobos son conocidos por su promiscuidad, ya que los actos sexuales del mismo y distinto sexo son comunes como forma de bienvenida, resolución de problemas o reconciliación después de los conflictos.

Los investigadores realizaron su descubrimiento mientras estudiaban una población de bonobos que vive en LuiKotale, en el Parque Nacional de Salonga, en la República Democrática del Congo. Los autores habían estado siguiendo a los bonobos durante los últimos cinco años, lo que hizo posibles estas observaciones.
Los científicos vieron tres episodios exitosos de caza en los que los bonobos capturaron y comieron un primate. En otros dos casos, la caza falló. Los datos de LuiKotale mostraron que los bonobos de ambos sexos jugaban papeles activos en la persecución y caza de los monos.

Según los investigadores, la participación de las hembras adultas en estas cacerías, algo que no se produce entre los chimpancés, podría reflejar patrones sociales como la formación de una alianza y cooperación entre las hembras adultas.

Los futuros estudios en LuiKotale podrían seguir arrojando luz sobre el significado y las causas de la agresividad, la caza y el consumo de carne en bonobos, chimpancés y humanos.