jueves, 22 de octubre de 2009

La herencia genética marca las diferencias culturales entre subespecies de chimpancés

Utilizan diferentes herramientas para un mismo objetivo


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Foto: Current Biology

MADRID, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -


Las diferencias culturales entre subespecies de chimpancés se deben a su herencia genética, según sugiere un estudio de la Universidad de Saint Andrews en Escocia (Reino Unido) que se publica en la revista 'Current Biology'. Los investigadores muestran que las poblaciones vecinas de chimpancés en Uganda utilizan diferentes herramientas para resolver un problema nuevo: extraer miel contenida en un madero colgante.

Los chimpancés del Bosque Kibale utilizan palitos para conseguir alcanzar la miel mientras que los del Bosque Budongo utilizan esponjas, cuñas absorbentes que ellos fabrican masticando hojas.

Según explica Klaus Zuberbühler, responsable del estudio, "la explicación más razonable para esta diferencia en el uso de las herramientas era que los chimpancés recurrieron a un conocimiento cultural previo para tratar de solucionar la nueva tarea. La cultura, en otras palabras, les ayudó a afrontar un nuevo problema".

Zuberbühler señala que la 'cultura' en este sentido se refiere al conjunto de conductas específicas de una población adquiridas a través del aprendizaje social, como la imitación.

En su trabajo, los investigadores presentaron a dos grupos de chimpancés algo que nunca antes habían visto: miel encerrada en un agujero estrecho realizado en un madero.

"Con nuestro experimento fuimos capaces de distinguir que las diferencias observadas en la conducta en el uso de herramientas de los chimpancés son el resultado de diferencias genéticas dado que evaluamos a miembros de las mismas subespecies", explica Zuberbühler. Además, los investigadores también descartaron las influencias del hábitat al exponer a los chimpancés al mismo problema que no era familiar.

Los investigadores se sorprendieron de lo rápido que los animales descubrieron sus respectivas soluciones. "Las diferencias culturales, en otras palabras, deben estar profundamente arraigadas en sus mentes", concluye Zuberbühler.

http://www.europapress.es/ciencia-00298/noticia-herencia-genetica-marca-diferencias-culturales-subespecies-chimpances-20091022183120.html


jueves, 1 de octubre de 2009

El antepasado común del hombre y el chimpancé vivió hace 4,4 millones de años


AGENCIA - EFE - WASHINGTON

Uno de los primeros antepasados comunes del hombre y los chimpancés fue el Ardipithecus ramidus, una especie de homínido que vivió hace 4,4 millones de años en lo que es Etiopía, según una serie de 11 estudios publicados hoy por la revista Science.

Ese homínido, que los paleontólogos identifican como "Ardi", vivió más de un millón de años antes que "Lucy", el Australopithecus afarensis del que existe un esqueleto femenino parcial.

Los informes de Science describen el ambiente en que vivió "Ardi", sus partes anatómicas específicas y analizan las implicaciones que tiene su descubrimiento para lo que se sabe hasta ahora de la evolución humana.

El descubrimiento revela la biología de las primeras etapas de la evolución humana mejor que cualquier otro hasta la fecha, aseguró el geólogo estadounidense Giday WoldeGabriel, que encabezó el análisis de lavas y cenizas que sirvieron para determinar la antigüedad de los restos fosilizados.

Según los científicos, se cree que en realidad el más antiguo antepasado común de los seres humanos y los chimpancés vivió hace más de seis millones y aunque "Ardi" no es el último sí comparte muchas características con ambos primates.

Mediante el análisis de huesos del cráneo, dientes, pelvis, manos y pies hallados hace 17 años en sedimentos del noreste de Etiopia, los científicos determinaron que "Ardi" también fue una mujer que pesaba unos 50 kilogramos y medía 1,20 metros.

"Con un esqueleto tan completo y con tantos individuos de la misma especie en el mismo horizonte de tiempo, podemos comprender la biología de este homínido", indicó Gen Suwa, paleoantropólogo de la Universidad de Tokio y autor del informe principal publicado por Science.

Los restos óseos de "Lucy" fueron encontrados en 1974 a unos 60 kilómetros del sitio donde sería descubierto "Ardi" por un grupo internacional de paleontólogos.

Según WoldeGabriel, el hallazgo de "Ardi" proporciona nuevas pistas acerca de la evolución de los homínidos, es decir hombres, chimpancés, gorilas y orangutanes a partir de un ancestro común.

Hasta ahora los científicos suponían que chimpancés, gorilas y otros monos africanos modernos conservaban muchas de las características del último antepasado que compartían con los seres humanos.

Se pensaba que ese último antepasado era más chimpancé que ser humano y que estaba adaptado para vivir en la copa de los árboles y caminaba sobre los nudillos de sus manos cuando estaba en tierra firme.

Sin embargo, el análisis de los restos del Ardipithecus ramidus pone esa suposición en tela de juicio.

Según los científicos, estos homínidos al parecer vivían en un ambiente boscoso y trepaban los árboles sobre sus cuatro extremidades, como lo hacían otros primates del Mioceno cuando hace 24 millones de años los territorios de µfrica, Eurasia y Arabia estaban unidos.

Pero cuando estaban en tierra caminaban erguidos sobre sus dos extremidades sin apoyarse en los nudillos de sus manos. Además, según los científicos, "Ardi" no pasaba mucho tiempo en los árboles.

Por otra parte, el descubrimiento de los restos fósiles sugiere que los homínidos y los monos africanos parecen haber seguido rumbos evolutivos diferentes y ya no se puede considerar que los chimpancés sean representantes de nuestro último antepasado común

Según Tim White, científico de la Universidad de California y uno de los autores principales de la investigación, ésta da la razón al naturalista inglés Charles Darwin, "un especialista en la materia", según dice.

Darwin, que hace 150 años formuló la teoría de la evolución, decía que "teníamos que ser muy cuidadosos. La única forma de que saber cuál era la apariencia de nuestro último ancestro común era encontrarlo", agregó White.

"Con 4,4 millones de años (de antigüedad) hemos hallado algo que se le acerca bastante. Y, como lo vislumbró Darwin, la evolución de los monos y la evolución de los hombres han seguido líneas independientes desde que se separaron, desde cuando compartimos ese último ancestro común", añadió.