viernes, 28 de noviembre de 2008

EÑ GORILA DEL RIO CROSS, MÁS AMENAZADO QUE EL DE MONTAÑA

Nace un nuevo parque nacional para proteger al más escaso de los grandes simios

El gorila del río Cross, el más amenazado de los grandes simios. (Foto: Wildlife Conservation Society)

Camerún tiene un nuevo parque nacional. Esto significa que el mundo tiene un nuevo parque nacional. En esta ocasión, la iniciativa es especialmente importante para proteger al más amenazado de los grandes simios: el gorila del río Cross, una de las cuatro subespecies de este primate africano. Otra de las subespecies, los llamados "gorilas de montaña", son hoy mundialmente conocidos gracias a la labor divulgativa de la fallecida primatóloga Dian Fossey.

El recién creado Parque Nacional de Takamanda se une al Parque Nacional del Río Cross de Nigeria, formando un gran espacio protegido transfronterizo. Entre ambos lados de la frontera se caculan unos 115 de estos gorilas, un tercio de su población total, además de otras especies amenazadas.
Los animales no entienden de fronteras políticas, por lo que este espacio compartido entre Nigeria y Camerún permitirá a las especies desplazarse libremente entre los dos países.
La creación del parque no fue tarea fácil. De hecho, es resultado de muchos años de trabajo de la Sociedad para la Conservación de la Naturaleza salvaje (
Wildlife Conservation Society) y el Ministerio de Bosques y Vida Salvaje de Camerún.

El parque está en buena parte financiado por el Banco Alemán de Desarrollo y el ministerio camerunés en un programa de cinco años. Uno de los principales problemas del mantenimiento de las áreas protegidas en África reside, precisamente, en los cortos plazos de estas financiaciones.

El Parque Nacional de Takamanda, de 676 kilómetros cuadrados, servirá principalmente para proteger al gorila del Río Cross, pero también a elefantes, chimpancés y otros primates.

http://www.elmundo.es/elmundo/2008/11/27/ciencia/1227777554.html

domingo, 16 de noviembre de 2008

CONFLICTO BÉLICO EN LA REPÚBLICA DEMOCRÁTICA DEL CONGO


La guerra llega al santuario de los gorilas de la niebla y los guardas tienen que huir del parque
Patrullan la zona del mundo con la mayor población de gorilas de montaña
Muchos guardaparques han muerto en los últimos años en choques con furtivos
Ahora han tenido que abandonar la reserva tomada por las tropas en conflicto
Actualizado viernes 14/11/2008

La guerra llama a la puerta. El estallido del conflicto bélico en la República Democrática del Congo, debido al alzamiento de las tropas del general rebelde Laurent Nkunda contra el Gobierno de Joseph Kabila ha llevado el conflicto hasta el corazón del Parque Nacional Virunga, el gran refugio mundial de los gorilas de montaña ('Gorilla beringei beringei'), donde vive la tercera parte de los 700 ejemplares que quedan de la especie en el mundo.

Como informa a elmundo.es Samantha Newport, portavoz oficial de los responsables del Parque Nacional Virunga, la zona ha estado sufriendo problemas desde 2007. En realidad nunca ha estado tranquila. Una mirada a la
página oficial del parque, donde los responsables están contando en directo lo que está ocurriendo día a día, permite hacerse una idea de la difícil situación.
El parque hace frontera con las vecinas Ruanda y Uganda y ha sido lugar conflictivo en las últimas décadas. Los enfrentamientos bélicos y la entrada de furtivos han sido un constante problema. Muchos guardas han pagado con su vida en los últimos años sus intentos por evitar que nada le pasara a la especie amenazada.

Guardas del Parque Nacional Virunga antes del estallido del conflicto. (Foto: Gorilla-CD)

Pero
el conflicto ha llegado al extremo en el último mes. "Ahora mismo hay un 40% del parque bajo el control de los rebeldes, y eso incluye los 250 kilómetros cuadrados en los que habitan los gorilas de montaña", informa Newport en conversación telefónica desde Goma.

Allí han ido a parar muchos de los guardas forestales que protegían la reserva. El día 8 de octubre, afirma Newport, los combates llegaron hasta el corazón de la reserva natural. El puesto de control de Rumangabo fue atacado y tomado por tropas rebeldes. Los guardas tuvieron que huir de su lugar de trabajo, corriendo peligro tanto a manos de las tropas insurgentes como de los hombres del Gobierno.

"Hay que tener en cuenta que los guardas visten uniforme verde y van armados y esa no es mejor manera de permanecer en una zona en conflicto". La mayoría de ellos se las apañó para huir, aunque algunos no pudieron evitar ser capturados.
Dos de ellos, retenidos y golpeados por soldados del Gobierno, informa Newport, lograron ser puestos en libertad después de 24 horas. Otros han visto como sus casas y sus pertenencias en el entorno del parque han sido destruidas y sus familias amenazadas y forzadas al éxodo bajo el riesgo de perder la vida.
En estos momentos, en el campo de refugiados de la ciudad de Goma hay 250 guardas con sus familias que han huido del conflicto. El número total de guardaparques es de 680, y se cree que el resto de los que no están en Goma han escapado en otras direcciones o han optado por refugiarse en el bosque hasta que cesen los intensos combates entre las partes enfrentadas en la zona.
Alejados de la zona que han protegido durante años, y sin saber qué puede estar ocurriendo con los amenazados gorilas, los guardaparques no han dejado de trabajar. Ahora mismo, siguen advirtiendo al mundo del peligro que corre la especie por medio de sus
blogs, que se pueden consultar en la web oficial del parque, que sigue siendo actualizada desde el campo de refugiados.

Al mismo tiempo, se ha iniciado una campaña para conseguir fondos. Ahora mismo, informa la portavoz, lo fundamental es
conseguir recursos económicos para atender las necesidades más inmediatas de los guardas y sus familias acogidos en campos de refugiados.

Asociaciones internacionales de conservación y ciudadanos particulares ya han contribuido a través de la web para hacer llegar 40.000 dólares como ayuda inmediata, informa la bióloga británica y responsable de la campaña Samantha Newport. Es la mitad de lo que consideran necesario para salir adelante mientras para el conflicto.

El recuerdo de Fossey

La mayoría del público recuerda ese exhuberante rincón de África como la montaña de los gorilas en la niebla, donde la bióloga estadounidense
Dian Fossey trabajó entre los años 60 y 80 estudiando a los grandes simios, dando a conocer sus hallazgos a través de las páginas de la revista 'National Geographic'. Después, una famosa película protagonizada por la actriz Sigourney Weaver popularizó la vida de Fossey, traumáticamente truncada al morir asesinada por quienes se oponían a sus tareas de conservación de la fauna.

Los montes Rwenzori, de origen volcánico, se elevan por encima de los 5.000 metros en pleno trópico húmedo. Eso ha generado una gran variedad biólogica en el entorno de las montañas Virunga, con un 15% de plantas endémicas y la mayor concentración de vertebrados distintos de África. Entre ellos se encuentra el gorila de montaña, una subespecie distinta al mucho más abundante gorila de llanura.
Pero como muestra el conflicto actual, el signo trágico de ese paraíso biológico convertido en infierno por el hombre no ha cambiado desde los tiempos de Dian Fossey. Ahora son los guardas congoleños quienes lo están sufriendo en carne propia. Los gorilas de la niebla son ahora gorilas entre las balas.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Los chimpances confeccionan ´listas de enemigos´ en sus relaciones sociales.

Según los últimos estudios, los chimpancés podría tener una nueva cosa en común con los humanos: identifican a aquellos semejantes que consideran negativos en su entorno y los colocan en una 'lista de enemigos'.

A esta conclusión llegó el Instituto Max Planck para la Antropología Evolutiva en Leipzig (Alemania) tras observar que los chimpancés tienen controlados a aquellos compañeros que les ayudaron a asearse y a quitarse los piojos de la espalda, todo un ritual social entre los primates. Además comprobaron que estos primates tienden a devolver, incluso a largo plazo, el favor a aquellos que les prestaron ayuda y a congelar su relación con los animales más egoistas que se prestan menos a esas colaboraciones.

"En cierto modo, este comportamiento funciona como moneda de cambio en los chimpancés", explica Cristina Gomes, ecologista del Instituto Max Planck. Gomes pasó varios años grabando el comportamiento diario de 44 chimpancés que viven en el Parque Nacional Tai, en Costa de Marfil. Cada día, Gomes hacía un seguimiento individual de estos animales, grabando a aquellos que se cepillaban entre sí y la duración de cada sesión de aseo. Finalmente, acmuló 87 horas de grabación.
Tras el análisis de estas grabaciones, Gomes descubrió que más de dos tercios de las sesiones de aseo no fueron recíprocas de manera inmediata. Incluso al finalizar el día los animales seguían teniendo deudas pendientes con aquellos que les habían cepillado la espalda, según el estudio, publicado en el último número de Proceedings.


RECIPROCIDAD A LARGO PLAZO

Pero estas deudas no quedaban en el aire. Cuando Gomes y sus colegas Roger Mundry y Christophe Boesch tomaron una visión a largo plazo de los datos (de al menos una semana) descubrieron un sistema de recuperación de la inversión. "La mayoría de su reciprocidad se suecede durante un periodo de tiempo más largo", explica la ecologista a NewScientist Environment en declaraciones recogidas por otr/press.

El equipo aplicó también un modelo estadístico para descartar la casualidad que podría deberse a una cuestión relacionada con el sexo, la jerarquía o la edad. Todos estos factores fueron descartados por lo que Gome asegura que la única manera de explicar la reciprocidad en los cepillados de los chimpancés a través del tiempo es la reciprocidad.

Pero Gome fue más allá y asegura que esto no quiere decir que los chimpancés mantengan un balance mental de los cepillados que reciben y que ofrecieron. "No necesariamente tiene que ser un proceso cognitivo", explica Gomes. "Podría ser emocional".

UNA EXPLICACIÓN HORMONAL

Según la ecologista, las hormonas son una explicación probable para este comportamiento de los chimpancés. Con el ajuste de los niveles de endorfinas, los primates podrían aprender a asociar la generosidad con algunos animales y la mezquindad con otros. "Creo que ésta es la base de la amistad", añade.

Rebeca Frank, una primatóloga de la Universidad de California (Los Ángeles) ha observado durante un largo periodo la reciprocidad en las hembras de los babuinos y asegura que ese nuevo estudio pone en duda los modelos de reciprocidad realizados hasta el momento de los primates, que ignoran los beneficios a largo plazo. Frank confía en que nuevas investigaciones determinen si la generosidad es emocional, como sospecha Gomes, o más calculadora.

ANTHONY BROWNE - LIBROS ILUSTRADOS DE LOS GRANDES SIMIOS PARA LOS MAS PEQUEÑOS.

Necesitamos recordar que somos animales


El ilustrador británico Anthony Browne, famoso por crear historias de gorilas y chimpancés, asegura que sus personajes reflejan la naturaleza humana
No es que los gorilas parezcan humanos. Más bien, es que nosotros nos parecemos a ellos, aunque a veces olvidamos esa condición animal.

“También somos animales. No somos tan diferentes de los gorilas como creemos. Tenemos instintos y emociones similares, y a veces necesitamos recordar eso, que somos animales”, afirma el ilustrador británico Anthony Browne (Sheffield, Inglaterra, 1946), quien presenta su más reciente libro Cosita linda, editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE).

El también escritor ha publicado más de 50 libros en diversos idiomas, donde los gorilas y chimpancés son personajes recurrentes.

“Dibujo estos animales en mis libros porque ejemplifican el comportamiento humano. Son más naturales, más familiares, más instintivos. Sugieren que de alguna manera estamos perdiendo esas cualidades”, considera en entrevista telefónica desde Inglaterra.

Cosita linda no es la excepción. Ahora Browne se inspira en una anécdota de la vida real, cuando en 1974 una gorila entrenada en la Universidad de Standford para usar el lenguaje de señas destruyó un lavadero que tenía en su jaula.

Cuando el cuidador se acercó para saber qué pasaba, la gorila lo señaló a él como el culpable del desperfecto.

“Me pareció muy interesante porque demostró que los gorilas también pueden mentir o hacer un chiste”, comenta el autor de la serie de libros sobre el chimpancé Willy.

Koko, la gorila, tenía como mascota a un gatito, que ahora toma el nombre de Linda, a quien cuidaba y protegía.

“Pero una noche, mientras dormía, rodó sobre el gato y lo mató. Al final, en mi historia el gorila rompe una televisión y culpa al gato. No me convencía mucho, pero me di cuenta que así le daba mayor importancia al felino, quien demuestra su amistad al admitir que sí fue él, aunque sea como de broma”.

Porque, afirma, entre los verdaderos amigos no importa la diferencia de tamaño, de raza o de edad.

“Los niños no tienen esos problemas para discriminar a otros por sus diferencias. Creo que ellos tratan a otros niños como otras versiones de sí mismos. Como aquí entre el gorila y el gato, aunque son muy diferentes, son grandes amigos”, señala.
Sin embargo, los gorilas tienen un significado más profundo para Browne: le recuerdan a su padre, quien murió frente a él de un ataque al corazón, cuando el dibujante tenía sólo 17 años, y quedó como una experiencia traumática.

Y al hablar de él, lo describe como si fuera un niño que admira la grandeza de su papá.
“Tenía una apariencia física muy ruda. Era un hombre grande y fuerte. Fue soldado y boxeador y nos motivó a mi hermano y a mí a jugar muchos deportes, pero también a sentarnos con él a dibujar y escribir poemas. Era un gran contraste entre la fuerza, el poder y la gentileza”.

Los gorilas, añade, son un poco como esa figura paterna. “Representan la protección. Se ven rudos pero también sensibles. Además de que son figuras increíbles para dibujar, es muy interesante verlos. Mirar a los ojos de un gorila es como mirar a un ser humano, como si hubiera un hombre dentro de él”, afirma.

Luego de más de 30 años creando libros ilustrados, principalmente para el público infantil de diversos países, Browne confiesa el mayor aprendizaje que ha tenido de los pequeños.

Pueden entender más cosas que lo que los adultos creen. Ven las cosas a detalle. No valoramos sus habilidades para comprender y para lidiar con algunas cosas complicadas en la vida”.


El también escritor ha publicado más de 50 libros en diversos idiomas, donde los gorilas y chimpancés son personajes recurrentes.
“Dibujo estos animales en mis libros porque ejemplifican el comportamiento humano. Son más naturales, más familiares.