domingo, 2 de noviembre de 2008

ANTHONY BROWNE - LIBROS ILUSTRADOS DE LOS GRANDES SIMIOS PARA LOS MAS PEQUEÑOS.

Necesitamos recordar que somos animales


El ilustrador británico Anthony Browne, famoso por crear historias de gorilas y chimpancés, asegura que sus personajes reflejan la naturaleza humana
No es que los gorilas parezcan humanos. Más bien, es que nosotros nos parecemos a ellos, aunque a veces olvidamos esa condición animal.

“También somos animales. No somos tan diferentes de los gorilas como creemos. Tenemos instintos y emociones similares, y a veces necesitamos recordar eso, que somos animales”, afirma el ilustrador británico Anthony Browne (Sheffield, Inglaterra, 1946), quien presenta su más reciente libro Cosita linda, editado por el Fondo de Cultura Económica (FCE).

El también escritor ha publicado más de 50 libros en diversos idiomas, donde los gorilas y chimpancés son personajes recurrentes.

“Dibujo estos animales en mis libros porque ejemplifican el comportamiento humano. Son más naturales, más familiares, más instintivos. Sugieren que de alguna manera estamos perdiendo esas cualidades”, considera en entrevista telefónica desde Inglaterra.

Cosita linda no es la excepción. Ahora Browne se inspira en una anécdota de la vida real, cuando en 1974 una gorila entrenada en la Universidad de Standford para usar el lenguaje de señas destruyó un lavadero que tenía en su jaula.

Cuando el cuidador se acercó para saber qué pasaba, la gorila lo señaló a él como el culpable del desperfecto.

“Me pareció muy interesante porque demostró que los gorilas también pueden mentir o hacer un chiste”, comenta el autor de la serie de libros sobre el chimpancé Willy.

Koko, la gorila, tenía como mascota a un gatito, que ahora toma el nombre de Linda, a quien cuidaba y protegía.

“Pero una noche, mientras dormía, rodó sobre el gato y lo mató. Al final, en mi historia el gorila rompe una televisión y culpa al gato. No me convencía mucho, pero me di cuenta que así le daba mayor importancia al felino, quien demuestra su amistad al admitir que sí fue él, aunque sea como de broma”.

Porque, afirma, entre los verdaderos amigos no importa la diferencia de tamaño, de raza o de edad.

“Los niños no tienen esos problemas para discriminar a otros por sus diferencias. Creo que ellos tratan a otros niños como otras versiones de sí mismos. Como aquí entre el gorila y el gato, aunque son muy diferentes, son grandes amigos”, señala.
Sin embargo, los gorilas tienen un significado más profundo para Browne: le recuerdan a su padre, quien murió frente a él de un ataque al corazón, cuando el dibujante tenía sólo 17 años, y quedó como una experiencia traumática.

Y al hablar de él, lo describe como si fuera un niño que admira la grandeza de su papá.
“Tenía una apariencia física muy ruda. Era un hombre grande y fuerte. Fue soldado y boxeador y nos motivó a mi hermano y a mí a jugar muchos deportes, pero también a sentarnos con él a dibujar y escribir poemas. Era un gran contraste entre la fuerza, el poder y la gentileza”.

Los gorilas, añade, son un poco como esa figura paterna. “Representan la protección. Se ven rudos pero también sensibles. Además de que son figuras increíbles para dibujar, es muy interesante verlos. Mirar a los ojos de un gorila es como mirar a un ser humano, como si hubiera un hombre dentro de él”, afirma.

Luego de más de 30 años creando libros ilustrados, principalmente para el público infantil de diversos países, Browne confiesa el mayor aprendizaje que ha tenido de los pequeños.

Pueden entender más cosas que lo que los adultos creen. Ven las cosas a detalle. No valoramos sus habilidades para comprender y para lidiar con algunas cosas complicadas en la vida”.


El también escritor ha publicado más de 50 libros en diversos idiomas, donde los gorilas y chimpancés son personajes recurrentes.
“Dibujo estos animales en mis libros porque ejemplifican el comportamiento humano. Son más naturales, más familiares.