sábado, 7 de mayo de 2011

Los chimpancés hablan, mienten y hacen poesías con el lenguaje de los signos.

La historia de cómo estos primates se han acercado un poco más a los seres humanos tras 40 años de investigación

  • EFE

El matrimonio estadounidense Deborah y Roger posa en Barcelona.

EFE BARCELONA

El matrimonio Deborah y Roger S. Fouts ha dedicado su vida a combatir la idea de que el lenguaje es el "último bastión" de la singularidad humana, con el resultado de más de 40 años de trabajo con unos chimpancés que no sólo han aprendido a comunicarse por signos, sino a mentir y hacer poesía.

Esta pareja de psicólogos comparativos del Instituto de Comunicación entre Humanos y Chimpancés de la Central Washington University, se jubilará dentro de pocos meses sabiendo que han cumplido su misión y que han podido refutar a muchos científicos -entre ellos al lingüista Noam Chomsky-, que durante décadas negaban esta posibilidad comunicativa, explican en una entrevista con Efe.

Los Fouts fueron continuadores de los trabajos iniciados en los años sesenta por otro matrimonio -los también psicólogos Allen y Beatrice Gardner- a quienes la NASA cedió la chimpancé Washoe después de que la agencia espacial abandonara su investigación con "chimponautas".

Washoe fue introducida en un ambiente humano donde sólo se hablaba el lenguaje de los sordomudos, una vía muy diferente a la de los equipos que, décadas antes, intentaron enseñar lenguaje oral a una chimpancé que en seis años sólo pudo pronunciar, y no claramente, cuatro palabras: "mamá", "papá", "taza" y "arriba", explica Roger simulando los sonidos que salieron de la boca de la primate.

Los Gardner y su equipo, donde Roger era becario, creían que la vocalización de los chimpancés era involuntaria, como el sonido que hace un humano si se golpea el dedo con un martillo.

Entonces apostaron por aprovechar el movimiento natural de sus manos (como utilizan los ejemplares salvajes, con dialectos propios) y decidieron criar a Washoe como una niña sorda, con el lenguaje de signos de EEUU.

La primate aprendió más de un centenar de signos viendo cómo se comunicaba el equipo y así podía pedir comida o que le rascasen, o expresar conceptos complicados como "estoy triste" o pedir perdón.

Pero la vida doméstica con Washoe se hizo complicada. Cuando los Gardner decidieron cederla a un centro de Oklahoma, Roger no quiso dejarla sola en aquel laboratorio -donde iba a pasarlo mal en jaulas junto a unos congéneres a los que llamaba "bichos negros"- y logró que la trasladaran con él a Washington para seguir investigando, hasta la muerte de la chimpancé en 2007.

En todos estos años, el matrimonio de investigadores pudo ver cómo Washoe trasladó el lenguaje a su "familia", Tatu, Dar y Loulis -una cría adoptada que aprendió los signos sin intervención humana- hasta niveles sorprendentes: los chimpancés llegaban a hablar ellos solos mientras "leían" una revista, pues son capaces de poner nombre a lo que ven en las fotos (bebida, comida, helado, zapatos...).

"Hablan como una familia; si unos discuten, se intenta poner paz; cuando Loulis le quitaba una revista a Washoe, ella le maldecía y le decía 'sucio'", explica Deborah, que indica que los primates también saben utilizar los signos para mentir.

Así se ve en una grabación en la que Dar hizo creer a Washoe que Loulis le había pegado y se tiró al suelo señalándole y pidiendo con signos a su madre un "abrazo".

Ésta acabó regañando al supuesto agresor, una infantil malicia típica de Bart Simpson o de un delantero de fútbol para provocar un penalti.

Más sorprendente si cabe fue otra grabación en la que uno de los chimpancés repetía "llorar, llorar; rojo, rojo; silencio, silencio; divertido, divertido", un enigma para el equipo hasta que un amigo poeta de la pareja apuntó que los signos de estas palabras eran similares y que se trataba de una aliteración de la lengua de signos, ?¡una composición poética!!

"Hay evidencias de que son capaces de aprender los signos, de ordenarlos y conversar, tienen una sintaxis, incluso son capaces de inventar y transmitirlos", remarca Roger Fouts.

Aunque se jubilarán de su trabajo en la universidad para dedicarse a sus cinco nietos a los que ven poco, reconocen que seguirán yendo a ver a sus otros "nietos" chimpancés.

"No podemos decirles que tenemos 68 años y nos jubilamos; iremos a verles aunque ya no cada día", adelantan.

La pareja lamenta que la difusión de sus sorprendentes investigaciones no hayan servido para detener el maltrato a estos primates, pero confía en que éstas lleguen a las escuelas y provoquen un cambio de actitud en las nuevas generaciones.

http://www.adn.es/internacional/20110505/NWS-0374-chimpances-lenguaje-poesias-mienten-hablan.html

Orangután y humano comparten el 97% del genoma.

El genoma del orangután es idéntico en un 97% al del ser humano, lo que indica que, entre los grandes simios ya secuenciados, es el más distinto genéticamente de los humanos.

La primera secuencia genética completa de un orangután ha sido obtenida por un amplio equipo de investigadores, liderados por la Universidad Washington en Saint Louis( EE UU), entre los que están varios equipos españoles. El orangután secuenciado es de Sumatra, y con este como referencia, los científicos también estudiaron los genomas de otros cinco orangutanes de Sumatra y cinco de Borneo. Encontraron una amplísima diversidad genética en este animal, lo que indica su buena salud genética.

En los orangutanes este nuevo conocimiento servirá para establecer pautas de conservación. Aunque antes existían orangutanes en muchos lugares de Asia, actualmente solo quedan dos especies, una en Borneo y otra en Sumatra, y ambas están muy amenazadas por la acción humana. El trabajo indica que las dos especies se separaron evolutivamente hace 400.000 años, una fecha más reciente que la estimada hasta ahora.

La determinación de los más de 3.000 millones de pares de bases que constituyen el genoma del orangután se suma a la de los genomas humano y de chimpancé, secuenciados anteriormente e idénticos en un 99%, y permite obtener una visión más precisa del proceso evolutivo que dio lugar a la aparición del ser humano. Una sorpresa de la investigación es que el orangután apenas ha evolucionado genéticamente en los últimos 15 millones de años. "En lo que se refiere a la evolución, el genoma del orangután es muy especial entre los grandes simios en que ha sido extraordinariamente estable," dice Richard K. Wilson, que dirigió el proyecto. "En comparación, chimpancés y humanos han experimentado reorganizaciones estructurales a gran escala en sus genomas que pueden haber acelerado su evolución".

La aportación española al trabajo, que es portada de la revista Nature, ha sido coordinada por Arcadi Navarro (Universidad Pompeu Fabra e Instituto de Biología Evolutiva (UPF-CSIC )), Tomàs Marquès-Bonet, del mismo instituto, y Carlos López-Otín, catedrático de la Universidad de Oviedo

López-Otín afirma que "el estudio comparativo detallado de múltiples familias de genes en los genomas humano, de chimpancé y de orangután indica que en la evolución humana ha habido una presión evolutiva importante sobre los sistemas inmune y reproductivo". Por su parte, Navarro señala que "los estudios sobre la organización genómica del orangután permitirán obtener información valiosa sobre los mecanismos de reorganizaciones cromosómicas que tienen lugar en enfermedades como el cáncer".

La comparación de las dos especies de orangután existentes, de Borneo y de Sumatra, ha revelado también la existencia de importantes cambios poblacionales entre ambas. Así, se ha determinado que durante los últimos 400.000 años, los orangutanes de Sumatra tuvieron una gran expansión poblacional, mientras que los de Borneo experimentaron un declive. Sin embargo, el número actual de orangutanes de Sumatra es mucho menor que el de los de Borneo, que no supera unas pocas decenas de miles de individuos.

http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Orangutan/humano/comparten/97/genoma/elpepusoc/20110126elpepusoc_10/Tes

Los 66 gestos de los chimpancés.

Un grupo de científicos reveló que los chimpancés en estado salvaje utilizan por lo menos 66 gestos diferentes para comunicarse entre sí.

Los investigadores de la Universidad de St. Andrews, en Escocia, filmaron a un grupo de esos animales con el fin de descifrar este "repertorio gestual".

Posteriormente, el equipo estudió 120 horas de imágenes de la interacción entre los primates en busca de indicios de que los animales intencionalmente se comunicaban entre sí usando señales.

Los resultados fueron publicados en la revista Animal Cognition.

Estudios previos sobre los chimpancés en cautividad sugerían que los animales tienen cerca de 30 diferentes gestos.

"Este (resultado) muestra un repertorio bastante grande", dijo a la BBC la doctora Catherine Hobaiter, quien encabezó la investigación.

"Creemos que la gente sólo estaba viendo una fracción de esta conducta, porque cuando se estudia a los animales en cautiverio no se ve todo su comportamiento".

"No los verás cazando monos, llevándose a hembras de su especie para cortejarlas o encontrándose con otros grupos de chimpancés".

clic Vea también: Los chimpancés preparan la comida

La filmación

""Esto apoya nuestra creencia de que los gestos que utilizan los simios (y tal vez algunos gestos humanos) se derivan de los antiguos ancestros comunes de todas las especies de grandes simios que hoy están con vida"

La doctora pasó 266 días observando y filmando a un grupo de chimpancés en la reserva de Budongo, en Uganda.

"He pasado dos años estudiando a estos animales, así que me conocen bien", dijo. "Yo los sigo por el bosque y ellos me ignoran por completo y siguen adelante con su vida cotidiana".

Hobaiter y su colega, el profesor Richard Byrne, analizaron el material filmado y lo clasificaron según cada gesto.

Buscaban indicios claros de que los animales estaban haciendo movimientos deliberados que tenían la intención de generar una respuesta del otro animal.

"Miramos para ver si el gesto era dirigido a alguien", explicó el profesor Byrne.

"Y buscamos si había alguna persistencia, que si no conseguían una respuesta, seguían repitiéndolo".

El equipo de investigadores todavía está estudiando el material para la siguiente etapa de su proyecto: averiguar qué significa cada gesto.

Algunos de estos gestos tienen un significado obvio para nosotros, tal vez porque -como "grandes primates" que somos- hacemos movimientos similares.

Por ejemplo, un joven chimpancé por lo general agita la mano para atraer a otro y así jugar.

clic Vea también: Los chimpancés niegan con la cabeza

Diccionario de gestos

Chimpancés

Los resultados sugieren que los gestos son un sistema común de comunicación entre las especies.

En un trozo de las imágenes capturadas por la doctora Hobaiter, una madre extiende el brazo izquierdo hacia su hija.

"La madre quiere alejarse y es un gesto para pedir que su hija se suba a ella", explicó Hobaiter.

"Ella podría agarrarla simplemente, pero no lo hace. Ella le extiende el brazo y mantiene el gesto a la espera de una respuesta".

Cuando la joven chimpancé comienza a acercarse, la madre repite el gesto al que agrega una expresión facial -una sonrisa con los dientes expuestos- momento en el cual la hija se sube y se alejan.

Los resultados han proporcionado pistas sobre los orígenes de los gestos de los chimpancés, lo que sugiere que son un sistema común de comunicación entre las especies.

De hecho, al comparar estas observaciones con las de los gestos realizados por los gorilas y los orangutanes, los investigadores mostraron que no había coincidencias significativas en las señales utilizadas en toda la familia de los grandes simios.

"Esto apoya nuestra creencia de que los gestos que utilizan los simios (y tal vez algunos gestos humanos) se derivan de los antiguos ancestros comunes de todas las especies de grandes simios que hoy están con vida".

http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2011/05/110505_chimpances_gestos_ao.shtml


Los chimpancés tienen conciencia de sí mismos, como los seres humanos.

PARÍS.- Los chimpancés tienen una "conciencia de sí mismos" y, como los seres humanos, esa conciencia está ligada a su facultad de anticipar los efectos de sus propias acciones sobre su entorno, indica una investigación cuyos resultados publica el martes la revista británica Proceedings of the Royal Society.


Como prueba, los científicos muestran que tres hembras chimpancés colocadas delante de dos cursores totalmente idénticos son capaces de identificar en la pantalla de una computadora cuál de los dos controlan con su ratón.

Muchos científicos habían señalado ya la capacidad de ciertos animales, en particular los grandes simios, de reconocerse en un espejo. La prueba más utilizada es pintarles una marca en el cuerpo que no pueden ver sin mirarse en un espejo y comprobar si tratan de borrarla o no.


El test del espejo probaba las capacidades cognitivas de los monos, pero la controversia persistía sobre los mecanismos que les permiten identificarse, dada la imposibilidad de compararlos con los de los humanos.

En los humanos, la "agentividad", o capacidad de reconocerse como un agente independiente que tiene un efecto sobre el entorno exterior, procede sobre todo de la facultad de relacionar el resultado esperado de una acción con el resultado efectivamente producido.

Por ejemplo, en un juego de vídeo en el que participan varios jugadores, esa facultad permite a cada jugador determinar rápidamente qué personaje controla él entre los que se mueven en la pantalla.


Esto supone una capacidad de predecir los efectos de sus propias acciones, de comparar los efectos de las propias acciones con los resultados obtenidos y de deducir "soy yo quien controla eso", señalan los autores de la investigación.

Los chimpancés sometidos a la prueba del espejo logran reconocerse y borrar la marca de pintura incluso si su imagen es deformada por espejos cóncavos o convexos, lo que sugiere ya que esa conciencia de sí mismo remite más al análisis de sus acciones que a la de su reflejo.


Pero algunos científicos consideran que eso no prueba que los monos tengan una "conciencia de sí", dado que algunos simios podrían simplemente haber aprendido a asociar una determinada acción con un resultado específico.

Para disipar las dudas, dos especialistas japoneses de los primates, Takaaki Kaneko y Masaki Tomonaga, de la Universidad de Tokio, trataron de saber si los chimpancés logran diferenciar las acciones originadas por ellos y los acontecimientos idénticos pero que escapan totalmente a su control.


Así, tres hembras fueron entrenadas para que pudieran desplazar un cursor en una pantalla con un ratón. Una vez familiarizadas con el manejo de esa herramienta, se les presentaron en la pantalla dos cursores de tamaño forma y color idénticos: uno controlado por el ratón, el otro una simple grabación del cursor desplazado por la misma mona los días precedentes.


Es decir que el único medio de que el chimpancé pudiera identificar el cursor que él controlaba era confrontar su acción con el resultado percibido en la pantalla .


Según los científicos japoneses, los tests son concluyentes y demuestran que los chimpancés analizan los efectos de sus acciones sobre el mundo exterior. Pruebas complementarias indican incluso que integran una dimensión a la vez espacial y temporal en ese análisis.

"Los resultados sugieren que los chimpancés y los humanos comparten los mismos procesos cognitivos fundamentales" que fundan su conciencia de sí, concluyen los científicos.

http://www.lasegunda.com/Noticias/CienciaTecnologia/2011/05/645286/Los-chimpances-tienen-conciencia-de-si--mismo-igual-que-los-seres-humanos